Quemar la paja del arroz de la albufera tiene soluciones

Un año más, parte de la superficie de los campos de arroz de la Albufera de Valencia se están quemando para eliminar la paja y sus consecuencias. Agricultores, instituciones y mediambientalistas buscan soluciones para una fórmula que crea más problemas que los que evita. En este reportaje se encuentran las claves y las soluciones que se buscan.

Cuando este tabla se publico, el periodo autorizado por la crema de la paja del arroz estará a punto de concluir. Durante el mes de octubre la Consejería de Agricultura, Medio ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural ha permitido que parte de los cercados de la Albufera se quemen de una forma organizada y parcial.

En anteriores artículos y vídeos colgados en Samarucdigital hemos explicado el fondo del problema de la paja del arroz. Dejar la paja en los cercados después de la cosecha provoca su podredumbre en el agua que inunda los campos para la siembra siguiente. Esto tiene efectos en la fauna bacteriana, que infecta las nuevas plantas y  destruye muchas, menguando la cosecha prevista.

Por otro lado, quitar la paja de los cercados, como se hacía hasta los años setenta, tiene un coste que los agricultores no pueden y no quieren asumir. Esto a pesar de que las subvenciones de la Política Agraria Común obligan a que los perceptores realizan trabajos medioambientales. La Consejería de Agricultura y Medio ambiente encontró una solución salomónica, estableciendo un periodo de crema, un área limitada y una gestión dirigida. Mientras tanto, se intentan encontrar soluciones satisfactorias, porque los efectos de en el crema afectan la salud pública.


Se han hecho estimaciones del precio de quitar la paja de los cercados. Tal y cómo se hace ahora, es decir, quemándola, cuesta 40.000 euros. Mientras que retirarla superaría los dos millones. Si se suma la totalidad de las ayudas que dedica la PEC a la preservación del medio ambiente en los arrozales, la cifra es de algo más de un millón de euros. La idea es completar la totalidad con fondos públicos y con un programa de venta de la paja retirada.

Acción Ecologista Agró ha realizado este año la cuarta campaña de recogida de la paja, en un volumen considerable si se compara con sus limitadas posibilidades. El ayuntamiento de Valencia también contribuye a la recogida de la paja del arroz en el plazo  municipal que le corresponde. La superficie beneficiada es de 1.800 hanegadas, de las doscientas mil que tiene el arrozal. Lo hace con dos máquinas empaquetadoras que compró en 2004 gracias al programa Eco Rice de la Unión Europea. Cada hanegada es una bala, y el coste de recogida y colocación en el camión de transporte es de entre siete y ocho euros. La acción del ayuntamiento podría cubrir mayor superficie, pero no mucha más por falta de máquinas, pero se tiene que tener un comprador.

Tampoco se pueden almacenar estas balas de paja porque, al tener mucho presión, sufren un proceso de autocombustión que provocaría un incendio. Otro problema es que recoger la paja con empacadoras no se puede hacer en todos los cercados, sino sólo en aquellos que están secos, los más elevados en el terreno. Del mismo modo, si llueve y se moja la paja, tampoco es aconsejable retirarla, además de ser difícil de hacerlo.

Por eso, la Administración Autonómica y el Ayuntamiento de Valéncia, junto a los sindicatos agrarios y asociaciones medioambientales estudian fórmulas para encontrar soluciones. Se basan al conseguir que un residuo perjudicial por el arroz se transformo en un recurso rentable. Se trata de poner en marcha una estrategia de economía circular que la Unión Europea fomenta y que generará ayudas, porque los gastos actuales de retirar la paja no repercuta en unos Agricultores que dependen del mercado para vender el magnífico arroz que se cultiva en el Albufera de València.


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