Insectos ¿El alimento del futuro?

La FAO está preocupada por responder a un concepto llamado seguridad alimentaria, es decir, la disponibilidad de alimento para todos los habitantes del Planeta. En el año 2050 seremos 9.000 millones de personas. Alimentar a todos será un reto extraordinario sin precedentes. ¿Los insectos podrán resolver este grave problema? ¿Estaría usted dispuesto a comerse, por ejemplo, una pizza cuatro estaciones con la base hecha de harina de insecto?

La FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha implicado a los insectos como parte de la solución para resolver la seguridad alimentaria en el mundo. El año 2013 publicó un informe que tuvo una gran repercusión en el mundo. Su título: . La conclusión era sencilla: hay que comer insectos para combatir el hambre en el mundo.

Eficiencia y producción de alimentos

Casi todos los animales que se consumen en el mundo arrastran un proceso de producción deficiente. Por ejemplo el caso más evidente es el de la ternera: para conseguir 1 kilo de carne se necesitan entre 8 y 10 kilos de materia que se come la vaca y eso sin contar el agua, el espacio, la electricidad y otras cuestiones relacionadas con la cría. Los animales que se consumen en el planeta han llegado al máximo de producción, están seleccionados al límite de su capacidad pero la población humana crece sin parar y además los países emergentes se han sumado al consumo de carne como es el ejemplo de China , India, Sudáfrica o Brasil. Pero además hay que tener en cuenta que la producción de carne arrastra un problema añadido: se cultivan millones de hectáreas de terreno para alimentar a un rebaño que después se sacrifica para dar de comer a la población. Y además todo ese alimento es de una excelente calidad. Los expertos en alimentación defienden que la solución tampoco exige convertir a los ciudadanos en vegetarianos porque entonces se necesitarían millones de hectáreas robadas al bosque y millones de litros de fertilizantes para saciar la agricultura. Ante este dolor de cabeza planetario la FAO defiende que los insectos pueden ser una solución de futuro para hacer frente a la seguridad alimentaria.

Una tapa de chapulines

Los insectos son artrópodos. Forman el grupo animal más importante del mundo tanto en número de especies como de individuos. Los artrópodos son comestibles. De hecho los cangrejos, las langostas y las gambas son artrópodos marinos y se comen. Entonces, ¿por qué estos sí y los insectos no? La FAO apunta a una cuestión cultural. Hay que recordar que en el hemisferio norte no se consumen insectos pero sí caracoles terrestres y marinos, conejos, cerebros y otras partes de los órganos vitales de algunos animales. En otras partes del mundo los insectos forman parte de la dieta humana desde hace siglos como es el caso de México, China, Ecuador, India o la República Democrática del Congo. Por ejemplo en México es tan normal pedir una tapita de chapulines fritos, es decir, de saltamontes con algún tipo de salsa, como en España probar un plato de caracoles en salsa. Entonces la FAO ante esta realidad relacionada con el ámbito cultural ha decidido tomar cartas en el asunto e invitar a la población mundial a comer insectos.

Harina de insecto

En Alicante existe una empresa de base tecnológica de la Universidad de Alicante llamada . Producen toneladas de harina de insecto al año a partir de una especie de mosca asiática. De momento la legislación actual no permite el consumo humano de harina de insecto en España. Así que esta empresa alicantina hasta que no se adapte la legislación destina su producción a alimentar aves insectívoras, mascotas y otros animales.

Comer insectos puede ser una cuestión de tiempo y convencimiento. Primero habrá que vencer prejuicios culturales por medio de una educación alimentaria con base científica. Los insectos son una fuente alimenticia accesible, nutritiva y rica en proteínas. Además podrían formar parte de la llamada economía circular, es decir, con capacidad para optimizar el sistema de producción de cualquier alimento que genere residuos. Las larvas de los insectos pueden comerse los restos de los residuos provenientes de las industrias alimentarias y de esta manera se valora una gran cantidad de subproductos agrícolas y ganaderos.

Vencer la repugnancia

Los insectos son ricos en proteínas, vitaminas, minerales, fibra y otros contenidos como hierro, calcio y zinc. ¿Y si tienen tanta capacidad nutricional por qué no se consumen? La FAO quiere convertir los insectos en el alimento nutricional del futuro, pero en primer lugar habrá que vencer la repugnancia con una acertada estrategia diseñada a medida para cada país. ¿Y ahora, después de conocer todas las ventajas alimenticias de los insectos, sería capaz de comerse una tapita de saltamontes con salsa picante?

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