La Cumbre del Clima y Pulp Fiction

El incremento de la temperatura media del planeta en dos grados puede resultar insignificante para un aparato de aire acondicionado, pero superar esa marca puede suponer una grave transformación para nuestro mundo. El cambio climático altera la Tierra que avanza hacia una nueva era mientras políticos y lobbies de poder negocian sus cuotas. La próxima cumbre del clima de París COP21, debería escoger unas reglas vinculantes para reducir las emisiones contaminantes. Una cumbre dramáticamente marcada por una atmosfera de extrema seguridad, motivada por los terribles atentados en la capital francesa.

Los adivinadores que tematizan muchas cadenas de la parrilla nocturna aseguran conocer detalles inesperados del futuro de sus adictos televidentes. En las noches oscuras captan clientes anunciando un devenir casi a la carta, auspiciado por las dotes de una asombrosa clarividencia de origen increíblemente incierto.

En lugar de leer en las líneas de la mano y observar en qué orden caen las cartas de la baraja, los científicos estudian los hechos, los analizan y cotejan para elaborar complicados cálculos y modelos que contribuyan a establecer un posible augurio de la evolución del planeta.

La bola de cristal

Toda previsión y anticipación en el tiempo tiene su porcentaje de error que se incrementa cuando el período a analizar incluye miles de años en el pasado y su continuidad en siglos posteriores. A diferencia de los engaños que presumiblemente esconden muchos adivinadores de la pantalla sentados frente a su bola de cristal, las razones de los científicos son comprobables y se palpan no sólo en recónditos parajes helados o exóticas selvas tropicales sino a la puerta de casa porque el día del cambio (climático) es hoy y no mañana.

Les fenómenos extremos se suceden con avances de olas de calor y de frío, tempestades, inundaciones y sequías extremas. Unos cambios que afectan a los cultivos agrícolas, al régimen de lluvias y, aunque no lo crean, a los muchos adictos a los discursos de la teletienda.

Un pequeño paso para el aire acondicionado

“Y a mí qué…” responden muchos ávidos telespectadores, ansiosos por acceder a contenidos más indulgentes, mientras cambian de canal cuando panel de expertos de la ONU (IPCC) el anuncia que es necesario evitar que la subida de la temperatura media del planeta no supere por mucho los 2ºC en el presente siglo. Un pequeño paso para un aparato de aire acondicionado, pero un gran salto al vacío para la Humanidad.

El delicado equilibrio que permite la vida tal y como la conocemos en la Tierra depende de unos grados más o menos. La diferencia supone la desaparición de numerosas especies en muchos lugares de nuestro mundo y entre ellas la humana. La sed y el hambre o la pérdida de sus casas, empujan millones de personas a desplazarse y contribuyen a variar la temperatura del PIB mundial.

Ahora parece que sí, que los dirigentes politicos globales ya no dudan de la existencia del cambio climático y de la responsabilidad humana en él, y además dicen estar decididos (esta vez sí) a hacer algo para intentar frenar el proceso. Al menos eso cuentan las propuestas previas remitidas a la ONU por unos 170 países. Todos ellos suman el 95% de las emisiones, pero más importante aún es que a ellos se ha unido China, el país que más contamina del mundo junto a Estados Unidos. Es objetivamente un buen augurio frente a que debería cerrar un proceso de “descarbonización” energética mundial.

La cita llega tristemente empañada por un terrorismo de dimensiones apocalípticas, por los crueles objetivos de destrucción y opresión de llibertades que mueven a los autores. A pesar de todo y de la seguridad extrema, que puede impedir las manifestaciones alternatives, la agenda sigue adelante.

El señor Lobo

La cumbre del clima número 21 tiene como misión reunir a todas las partes implicadas y aportar soluciones vinculantes sobre el papel. Porque primero hay que crear las leyes y luego hacerlas cumplir. Y si no, acabará todo nuevamente en una reunión de amigos por no utilizar expresiones más prosaicas, como la que empleaba el señor Lobo (Harvey Keitel) de Pulp Fiction para evitar la excesiva autocomplacencia.

La actividad humana ha cambiado más rápidamente la faz de la Tierra en un siglo que en miles de años de existencia anteriores, pero cada vez queda menos espacio por devorar y la situación se hace más irrespirable. Más allá de un necesario cambio de modelo energético es preciso acometer un cambio de sistema de economía que no se base exclusivamente en la explotación de recursos agotables. Porque todo se puede acabar y, posiblemente, mucho antes de lo que puedan augurar los gurús de la televidencia desde sus platós con aire acondicionado.

Esperemos que la vida sea más amable después de las conclusiones de la cumbre de París. Probablemente Quentin Tarantino podría encontrar en ella un argumento para una nueva película de historias entrelazadas. Ya se verá.

Conférence des Nations unies sur les changements climatiques - COP21 (Paris, Le Bourget)

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