La Diputació de Castelló avanza en economía circular con la reconversión de las plantas de purines

La institución provincial cede la planta de purines de Sant Mateu a Consellería para ampliar el proyecto de agrocompostaje del alperujo iniciado a la planta de la Salzadella hace ocho meses. Ignasi Garcia, diputado provincial de Sostenibilidad: “El objetivo es implicar las cooperativas y a la iniciativa privada de las zonas rurales para activar un ciclo de economía circular de proximidad que genere ocupación verde en toda la provincia”

Los diputados provinciales de Sostenibilidad, Ignasi Garcia, y de Promoción Económica e Internacionalización, Pau Ferrando, han visitado hoy la planta de purines de la Salzadella junto con el Director General de Calidad y Educación Ambiental, Joan Piquer, y la Directora General de Política Agraria Comunitaria (PEC), Maria Teresa Cháfer, de la Generalitat Valenciana y representantes de las cooperativas de aceie del Maestrat y del Palancia para avanzar en la implantación de proyectos de economía circular en las comarcas del Norte.


Garcia ha anunciado que la Diputació de Castelló, titular de la planta de purines de Sant Mateu, ya ha cedido el uso de la instalación a la Consellería de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica para ampliar el proyecto piloto de agrocompostaje a partir del alperujo, el residuo generado en la elaboración del aceite,  iniciado a la planta de la Salzadella hace ocho meses en colaboración con la DG de Calidad y Educación Ambiental y personal investigador de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

El problema del alperujo

Solo un 20% de cada aceituna se convierte en aceite, el resto son residuos. Cada año se producen alrededor de 4 millones de toneladas de residuos en el proceso de elaboración del aceite. El principal residuo generado es el alperujo, rico en materia orgánica vegetal pero tóxico al tener componentes como los polifenoles, sustancias con propiedades antibacterianas, que producen efectos nocivos sobre el suelo y los cultivos vegetales. Hasta ahora el Alperujo producido en el Maestrazgo se trataba en la planta de Tortosa, pero esta planta restringió su actividad, lo que produjo que algunas cooperativas de la región pararán o bajaran su rendimiento.


Economía Circular

El diputado de Sostenibilidad ha explicado que el objetivo de esta visita es «implicar a las cooperativas y a la iniciativa privada del sector primario de las comarcas de Castelló en la implantación de la economía circular en nuestro territorio mediante el aprovechamiento de las plantas en desuso, como es el caso de la de Sant Mateu». Según Garcia, los retos que se plantean en estos momentos son «incorporar nuevos tipos de residuo agrícola y dar una salida eficiente al abono para que vuelva a la tierra». La intención final, ha recordado, es «generar una actividad sostenible en el tiempo y para el medio ambiente que reactive nuestro sector primario» y «contribuir a dinamizar la economía del interior mediante la generación de ocupación verde, en la línea de los requerimientos de Europa».


En esta misma línea se ha pronunciado Cháfer, quien ha subrayado que «las características de este proyecto garantizarían que se beneficiara de los fondos de reconstrucción europea», puesto que a partir de ahora «la PAC implantará requisitos de sostenibilidad y circularidad como la autogestión del residuo y el retorno al suelo». Además, en palabras de Piquer, «el producto resultante cumple los requerimientos de calidad, higiene y estabilidad química que contempla la nueva orden de agrocompostaje que estamos elaborando en la Consellería».

Concretamente, según la investigadora de la UMH en la planta, Ana García, del proceso han resultado «cuatro fórmulas de composta diferentes, clase A sin metales, a partir de la mezcla del alperujo con gallinaza, hoja, algas y riego con purín». García afirma que «se trata de un abono idóneo para el suelo agrícola», motivo por el cual, ha dicho el director del estudio, Raúl Moral, «existe un interés privado creciente en todo el País Valenciano para aplicarlo en diversos terrenos hortofrutícolas».

No obstante, todas las partes implicadas han coincidido en que el objetivo primordial es evitar su transporte para no encarecer el producto y evitar emisiones de CO₂ a la atmósfera. Por este motivo, las personas visitantes han podido comprobar de primera mano sus características y llevarse una muestra de estos composts que se registrarán próximamente como fertilizantes a través del Ministerio de Agricultura, mientras se tramita también el sello ecológico del Comité de Agricultura Ecológica valenciano (CAECV).


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