La Serra Gelada en toda su extensión

Pese a la pandemia estamos pensando todos en cómo veranear de una forma segura. Os invitamos a conocer la Serra Gelada en la costa Alicantina, desde Benidorm a l’Alfàs del Pi, de la mano de Belén Salvador de Itinerantur y Fran Lucha de Oxyturs. Otra manera de disfrutar de la costa con seguridad y alejado de aglomeraciones en pleno corazón turístico valenciano.

Cuando los pescadores de Benidorm volvían a puerto reconocían el camino de casa al observar el reflejo de la luz del sol proyectado desde la costa. Vista desde el mar la visión se parecía mucho en una gran montaña de hielo, como un gran iceberg anclado a tierra. Esa es una de las explicaciones que la tradición ha dado al nombre de Serra Gelada que recibe el impresionante relevo litoral de más de 300 metros de desnivel, que además de Benidorm alcanza también los términos de Altea y Alfàs del Pi. Su protección aislante ante los vientos contribuye a crear el peculiar microclima que suavemente regula la temperatura de las poblaciones de la zona, y que es el mayor reclamo para el turismo.

 Belén Salvador de Itinerantur y Fran Lucha de Oxyturs en la Serra Gelada.

La composición de diferentes piedras calcáreas y margas aporta la peculiar tonalidad clara a la sierra y en ellas también está el origen de la arena que llena unas de las playas más concurridas del Mediterráneo. Este material geológico, poco estable para la construcción de grandes edificios, ayudó a salvar la sierra de las construcciones ante la expansión urbanística de los años 60 y 70. En la actualidad sus acantilados, son unas de las escasas muestras de cordillera litoral libre de edificaciones al litoral mediterráneo occidental. Hoy la misma supervivencia de la sierra es un atractivo turístico más.

 Acantilados de la Serra Gelada.

Entre su orografía escarpada sobreviven cuevas, yacimientos arqueológicos y especialmente destacadas son las dunas fósiles, que evidencian la transformación del paisaje modelado por la naturaleza durante millones de años. La sierra alberga destacados endemismos vegetales del sur de Alicante protegidos en dos microrreservas de flora. La protección de extiende debajo del agua en una reserva marina que alberga importantes praderías de Posidonia oceánica, una curiosidad vegetal que a diferencia de las algas necesita estar cerca de la superficies para poder hacer la fotosíntesis aprovechando la luz del sol. Esta planta, que en todo el mundo solo vive en el Mediterráneo, tiene una gran importancia para la reproducción, alimentación y refugio de una gran variedad de fauna marina. 

 Faro de l’Albir,

La sierra Helada, declarada parque natural en 2005, se prolonga debajo del mar hasta volver a emerger de las profundidad con la forma de la conocida como Isla de Benidorm. Uno de las leyendas sobre su formación asegura que se trata de un fragmento de la vecina cumbre del Puigcampana lanzado de una patada por un gigante después de un desengaño amoroso. La isla utilizada en el pasado como escondrijo por los piratas y refugio para los habitantes de la zona ante una epidemia de cólera, hoy solo está habitada durante todo el año por las aves. Destaca sobre todo la presencia  del patiño europeo  (Hydrobates pelagicus) un ave de color negro intenso de reducidas dimensiones, que pasa el día buscando alimento en el mar y vuelve a la isla escondido de los depredadores en la oscuridad de la noche. En una de las cuevas de las la isla se localiza la colonia patiño europeo  más grande de la Comunidad Valenciana y una de las mayores del Mediterráneo Occidental.


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