China se interesa por los proyectos de recuperación de la Albufera de Valencia

Investigadores de la universidad de Pekín se han interesado en los trabajos de recuperación de la calidad del agua de la Albufera, para aplicar las mismas recetas en las marismas del gran país asiático. Es una de las informaciones que han dejado las jornadas de clausura del proyecto Life Albufera celebradas en Valencia, donde todos los investigadores, asociaciones y administraciones implicadas han hecho balance de tres años de trabajo.

La Albufera Valencia ha recuperado el aspecto que tenía hace 50 años en el Tancat de la Pipa, una parcela de 40 hectáreas situada en el término de Catarroja. Un agua transparente y limpia, rodeada por vegetación acuática autóctona vive gracias a un sistema de humedales artificiales, que funcionan como una depuradora natural dentro de un sistema de filtros verdes. El mismo sistema se utiliza en los Tancats de l’illa y de Milia, son tres pequeñas piscinas aisladas dentro del gran océano de contaminación que es el lago de la Albufera, víctima de los vertidos industriales y agrícolas durante décadas y la falta de agua en abundancia y de calidad. Un sistema del cual ya hemos hablado en Samarucdigital en un artículo anterior.

Los tres proyectos son fruto del proyecto europeo Life Albufera, una muestra de cómo la permanencia dentro de la Unión Europea beneficia la naturaleza. El programa, que se han prolongado durante tres años, ha sido coordinado por la Universidad Politécnica de Valencia y en él han participado Acció Ecologista Agró y SEO-Birdlife en la gestión del Tancat de la Pipa, el espacio que primero comenzó a funcionar en unos terrenos de la Confederación Hidrográfica del Júcar. La Fundación Global Nature ha encargado de gestionar los Tancats de Milia y l’Illa, propiedad de Acuamed. Y todo con la colaboración de la Generalitat. Además de un ejemplo de cómo recuperar la calidad del agua y el entorno, la iniciativa demuestra cómo pueden ponerse de acuerdo colectivos, administraciones y empresas que muchas veces tienen intereses enfrentados.

Para hacer balance del final del proyecto y escuchar propuestas similares de otros países se ha celebrado una conferencia durante dos días en el Jardín Botánico de la Universidad de Valencia. El coordinador del proyecto, Miguel Martín, destaca que este tipo de ecotecnologías son muy bien valoradas por las autoridades europeas para mejorar la calidad de las aguas en cumplimiento de las directivas de Agua, Aves y Hábitats. Martín explica que científicos de la Universidad de Pekín han visitado la Albufera para conocer el sistema de funcionamiento de los humedales artificiales y la organización entre los agentes que participan en el proyecto. Los investigadores quieren aprovechar la experiencia valenciana para ayudar a resolver los problemas de contaminación que sufren las zonas húmedas de China.


La aplicación del Life Albufera también ha tenido sus sombras. El incremento de la presencia de aves ha provocado discrepancias con los arroceros, que han visto como el aumento de la fauna ha perjudicado una parte de sus cultivos, aunque de manera reducida. También el mantenimiento de la inundación durante todo el año en los Tancats del proyecto ha causado filtraciones a las parcelas vecinas, perjudicando el ciclo del arroz.

Los representantes del proyecto Life han mantenido reuniones con los agricultores para compartir información y reducir el impacto de la fauna en sus campos, así como se está haciendo en el Delta del Ebro o en Doñana. El coordinador del Life propone como solución una compensación a los agricultores por los daños ocasionados.


Durante las jornadas se han compartido experiencias de custodia de territorio, conservación de otras zonas húmedas europeas y del resto del mundo. En el encuentro estuvo presente un miembro del secretariado de la Convención Ramsar, el máximo organismo internacional para la protección de zonas húmedas, en el listado del cual está incluida la Albufera entre otros humedales valencianos.

Tobias Salathé, Asesor Principal de Ramsar en Europa, destacó la importancia de los humedales como reservas de agua, depuradoras naturales y una herramienta básica para la lucha contra el cambio climático, con la absorción de gases de efecto invernadero. Salathé destacó que el modelo de trabajo en la Albufera sirve de referencia a otras partes del planeta.


La Albufera es un ejemplo de convivencia entre la biodiversidad, unos núcleos urbanos densamente poblados, cultivos y prácticas tradicionales como la pesca, la caza o el cultivo del arroz y el atractivo turístico que representa. Marion Hammerl, fundadora de la Fundación Global Nature en España en 1994, destaca el ejemplo de la Albufera para estudiar cómo se puede lograr el equilibrio entre muchos intereses que a menudo entran en conflicto.



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