Las dos cumbres de la COP25

Finalizada la la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) en Madrid, Samarucdigital ofrece un amplio reportaje sobre la la COP25 y la Cumbre Social por el Clima. Madrid nos deja una gran brecha entre la cumbre de los políticos y la sociedad civil que reclama más ambición y medidas concretas para afrontar la emergencia climática que han puesto los científicos encima de la mesa. Al ritmo que llevamos de emisiones la temperatura del planeta superará los 3º a final de siglo, según calcula la ONU, y llegaremos al punto de no retorno.

Se veía venir. No se pudo celebrar en Brasil, tampoco en Chile y finalmente. deprisa y corriendo, se organizó en Madrid. Y es precisamente la organización en tiempo record de la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25)  lo más elogiado de la cumbre. Nadie tenia grandes esperanzas antes de comenzar la cumbre de Madrid de llegar a acuerdos significativos. El anuncio de Trump de sacar a EEUU del Acuerdo de París y la baja representación en las delegaciones de los países más contaminantes del mundo (Estados Unidos, Rusia y China), hacían preveer  una cumbre de transición con la mirada puesta en la COP26 de Glasgow en noviembre 2020

"Chile-Madrid. Tiempo de Actuar”

Lo que sí  se esperaba era dar un impulso a la ambición para hacer frente a la emergencia climática, un compromiso de mantener y avanzar en la meta acordada en Paris para detener el aumento de temperaturas a finales de siglo por debajo de los 2º, incluso de 1,5 que proponen los más ambiciosos, sobre los niveles preindustriales aconsejado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Pero ni siquiera eso, más bien todo lo contrarío. Se constata que estamos muy lejos de cumplir con los compromisos a nivel global de reducción de emisiones a partir de 2020, momento en el que entrará en vigor el Acuerdo de Paris. Un fracaso, según muchos, del multilateralismo para lograr hacer frente a la emergencia climática. El acuerdo firmado en Madrid, Chile-Madrid. Tiempo de Actuar, tan solo pide "ambición climática" en 2020 y cumplir el Acuerdo de París.  El acuerdo de Madrid sólo “anima” a los países para que presenten planes de reducción de emisiones de carbono "más ambiciosos" el año que viene en la COP26 de Glasgow con el fin de responder de manera actualizada con los avances de la ciencia a la crisis climática. Al menos, el documento  reconoce el papel del IPCC de Naciones Unidas y agradece los dos informes especiales publicados por este organismo en 2019, sobre uso del suelo y océanos.

 Cumbre Social por el Clima. Foto Alvolai

El panorama que nos deja esta cumbre es la de una gran brecha entre la cumbre de las negociaciones políticas, donde se toman las decisiones de calado internacional, y la sociedad civil que reclama más ambición y medidas concretas para afrontar la emergencia climática que han puesto los científicos encima de la mesa. Al ritmo que llevamos de emisiones la temperatura del planeta superará los 3º a final de siglo, según calcula la ONU, y llegaremos al punto de no retorno. Un panorama catastrófico, si tenemos en cuenta que los fenómenos adversos y catastróficos pronosticados por los científicos ya los estamos notando y se están acelerando.

La COP25. La cumbre oficial: la mercantilización del carbono.

La Zona Azul es la zona donde se tienen las negociaciones de alto nivel. Donde los científicos informan a los gobiernos de todo el mundo de la crisis climática y sus previsiones para el futuro. Y es donde los gobiernos deberían consensuar medidas concretas para hacer frente al cambio climático teniendo en cuenta los datos científicos.  Aquí también se aprecia  una brecha entre los países más afectados por la crisis climática que reclaman más ambición, y los menos afectados que se niegan a avanzar en una reducción de las emisiones de carbono más allá de los acuerdos de Paris.

 Zona Azul COP25. Foto ONU

La presidencia de Chile, en cabezada por su ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, no ha conseguido llegar a un consenso en el artículo 6 del tratado de París, el llamado mercado del carbono que ya quedó colgado en la Cumbre de Katowice (Polonia). Esto es, la compraventa de toneladas de CO2 en un mercado difícil de regular y que muchos temen que sea muy permeable a al fraude de la doble contabilidad. Y es que es difícil encajar los requerimientos de la ciencia y la demanda social con un sistema capitalista que es parte del problema con la política de crecimiento y consumo sin límites.

Ponerle precio a la salud 

Mercantilizar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero en el sistema de libre mercado supone desincentivar  la reducción de las emisiones de los países y empresas más contaminantes. Esto es, pagar por contaminar más en lugar de tomar medidas concretas de reducción y transformación energética. El precio del CO2 actual es de 24,68 euros por tonelada, este es el precio que se pone a la salud de la población. Jeni Miller, Directora Ejecutiva de la Alianza Mundial para el Clima y la Salud (GCHA), por sus siglas en inglés) dijo : “ La falla colectiva de los líderes mundiales para actuar no solo es inexcusable, sino que se convierte en una falla del gobierno y del liderazgo de proporciones históricas . En un momento en que las principales organizaciones de salud han reconocido la crisis climática como una emergencia de salud y las personas en todo el mundo están experimentando los impactos del cambio climático en su salud, medios de vida y hogares, los líderes del gobierno aún discuten sobre los plazos, las normas y dedos apuntando”.

Los lobbies de las energías fósiles

Y aquí también hay una brecha entre gobiernos en la que se puede apreciar la presión de los lobbies de las energías fósiles. Greenpeace, que critica a la presidencia chilena haber escuchado a los contaminantes y no a la gente, desplegó pancartas frente a la COP25 con el lema El clima no es un negocio. “Nuestro objetivo con esta acción es denunciar la presión que intentan ejercer las empresas del sector de las energías sucias como el carbón y el petróleo dentro de la COP. Estas injerencias suponen una influencia muy negativa, ya que están bloqueando cualquier avance necesario en las negociaciones para tratar de frenar la emergencia climática”. 

 Greenpeace desplegó pancartas frente a la COP25 con el lema El clima no es un negocio. Foto Greenpeace

Arabia Saudí, Australia, Japón, China Irán, Siria, Venezuela, India, Sudáfrica o Brasil ponen escollos para avanzar en la ambición climática, cuando no niegan la emergencia climática. Otros 84 países, integrantes de la Alianza por la Ambición Climática, si han anunciado nuevos esfuerzos por reducir sus emisiones por debajo de 1,5 º. La Unión Europea pretende liderar planes de acción ambiciosos presentando su Grenn Deal o Pacto Verde, que aunque criticado por los ecologistas, pretende la neutralidad de emisiones (emisiones 0) para 2050 y la primera declaración de Emergencia climática declarada por un continente. Los países más vulnerables como la Alianza de las Pequeñas Islas (AOSIS) o Africanos, denunciaron directamente su exclusión de las negociaciones sobre las unidades de créditos de los mercados globales de carbono.

Por otro lado está el tema de la adaptación y la financiación para que las comunidades vulnerables reciban apoyo para reaccionar ante los impactos climáticos. Parece que si se ha avanzado en el llamado Fondo Verde para el Clima, que pretende recaudar 100.000 millones de dólares para 2020 para que se produzca una justicia climática en la que los países con menos recursos no carguen con el peso de una crisis provocada por los países industrializados. Sin embargo, para un decepcionado Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, “La comunidad internacional perdió una oportunidad importante de mostrar una mayor ambición en la mitigación, adaptación y financiación para afrontar la crisis climática”

  Zona Verde COP25. Foto Alvolai

El greenwashing. 

La Zona Verde es el espacio reservado a la sociedad civil con propuestas para mejorar el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. A pesar de las muchas propuestas, conferencias y presentaciones, la cumbre ha sido criticada por ser un escaparate de lavada de cara de las empresas españolas más contaminantes y asociadas a numerosos conflictos socioambientales en todo el mundo que han patrocinando la COP25 en Madrid.  Una responsabilidad que se tiene que asumir también por la prensa, ya que empresas que han contribuido históricamente al calentamiento global han copado las cabeceras de los diarios en un ejercicio de perversa utilización del marketing verde o greenwashing. 

La Cumbre Social por el clima 

Por otro lado está la Cumbre Social por el Clima. Puede ser que sea la gran ganadora de la COP25, no sólo por la gran movilización del día 6 de diciembre, sino porque se ha colado en la Zona Azul en forma de movilización y presión social en la parte más oficial de la cumbre. Los servicios de seguridad de la OONU tuvieron que cerrar el acceso al pabellón 10 de IFEMA, donde se encuentran las dos salas plenarias de la Conferencia, al producirse una protesta multitudinaria de activistas de la sociedad civil, sindicatos, grupos indígenas, y grupos de jóvenes como Fridays for Future, que durante la cumbre han estado muy activos por todo Madrid, una cumbre paralela con más de 300 eventos sobre crisis climática y derechos humanos.

 Fridays for Future. Foto Alvolai

Las organizaciones sociales de todo tipo, y del todo el mundo, reclaman más ambición, medidas concretas contra la crisis climática que incluyan justicia social climática i asegurar que los costos de la transición energética no se trasladen a la población. Piden a los políticos acción. El mensaje de Greta Thumberg al corazón de la política es incuestionable. No podemos esperar nada de los actuales lideres políticos, pero “Hay esperanza, la he visto, pero no viene de los Gobiernos o las corporaciones, viene del pueblo", ha dicho Thunberg. Los movimientos sociales claman a los políticos un cambio de rumbo y de sistema frente a la crisis climática donde se tengan en cuenta las previsiones de la ciencia y cuestiones como la pérdida de biodiversidad, la exclusión social, la explotación laboral, la invisibilización de los pueblos indígenas, el acaparamiento de tierras y el género.

2020 el año de la movilización climática 

Para las principales organizaciones ecologistas la cumbre ha sido un fracaso. Se ha calificado de inaceptable cuando no de un retroceso, injusta, inmoral, los gobiernos han jodido. “Aunque fue llamada la ‘COP de la ambición’, lo que se ha evidenciado en Madrid ha sido una falta de voluntad política para responder a los retos que señala la ciencia a la escala necesaria. Los gobiernos más retrógrados ponen el beneficio por encima de la crisis planetaria y el futuro de las próximas generaciones. Con la excepción de la UE, los grandes países emisores han mostrado de nuevo su irresponsabilidad ante la necesidad de acciones urgentes en un momento crítico para la humanidad” critica WWF en un comunicado duro contra el documento firmado en Madrid. Jeni Miller, directora ejecutiva de GCHA en la Cumbre Climática de la ONU ha manifestado su preocupación y la necesidad de “políticas y acuerdos que favorezcan las soluciones climáticas y protejan la salud pública y la equidad global, en lugar de los negocios como de costumbre”. 

 Greta Thumberg en Madrid. Foto Alvolai

La directora de Greenpeace Internacional, Jennifer Morgan, ha declarado: “Los Gobiernos deben replantearse totalmente cómo han actuado, porque el final de esta COP es totalmente inaceptable. Se preveía que esta COP fuera técnica, pero finalmente ha sido más bien política y hemos visto cómo operan los grupos de presión de los sectores más contaminantes que torpedean las negociaciones, así como la profunda desconfianza de la juventud hacia la clase política. Necesitábamos una decisión que respondiera a la juventud, tuviera a la ciencia como su luz de guía, reconociera la urgencia y declarara una emergencia climática. En vez de eso, bloqueadores climáticos como Brasil y Arabia Saudita, habilitados por una presidencia chilena irresponsablemente débil, se han dedicado a vender su modelo de “tráfico” de emisiones y se han llevado por delante las advertencias científicas y los gritos de la sociedad civil”. 

Para Ecologistas en Acción “resulta inaceptable que se permita a las grandes empresas petroleras, de aviación civil y marítima, mineras y eléctricas, seguir condicionando la ruta de descarbonización de la economía. Solo una correcta planificación que consiga transformar el sistema productivo para lograr una drástica reducción de emisión de GEI podrá frenar la emergencia climática”. Nuria Blázquez, responsable de Transporte de Ecologistas en Acción, ha añadido: “Por nuestro futuro pero también por nuestro presente, y por el presente de miles de personas del Sur Global -especialmente poblaciones rurales e indígenas- que son quienes menos han contribuido a generar esta situación y quienes ya la están sufriendo de manera grave. El año 2020 se ha declarado el año de las movilizaciones climáticas y así va a ser. No tenemos alternativa, tampoco tenemos Planeta B”.


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